Imagen: ‘los deberes‘ de Manuel Martín Vicente con licencia CC-BY
Sin entrar en el debate sobre deberes sí o deberes no, que ya se produjo en la red, allá por el 2011, con dos ejemplos de posts que iban en la línea de señalar las torturas que pueden llegar a suponer los deberes:
- La tortura de los deberes de Víctor Cuevas (@vcuevas).
- Deberes en el siglo XXI de Jordi Martí (@xarxatic).
En este país, el planteamiento de debates de este tipo, nos lleva siempre a posicionamientos ideológicos: si eres partidario de los deberes eres conservador y, en caso contrario, progresista. Con este caldo de cultivo es muy complicado mantener un debate sereno en el que se pueda argumentar de forma razonada sobre las ventajas o desventajas sobre este tipo. Aún así creo que que hay que tenerlo y tratar de responder a las siguientes preguntas: ¿por qué se mandan deberes? ¿mejoran el rendimiento? ¿garantizan el éxito escolar? ¿cómo se comprueba? ¿se evalúan? ¿de qué forma? ¿¿crean desigualdades? …
Sin entrar en más detalles, ya que este es un debate que sigue abierto y que deberíamos afrontarlo de forma colectiva y, como ya he dicho anteriormente, sin sesgos ideológicos, analizando pros y contras. Sabemos que los dos países que mejor suelen puntuar en las pruebas PISA, tienen ante este tema posturas muy contrarias:
- En Finlandia, muy pocos deberes, menos de media hora al día.
- En Corea, llevan una férrea disciplina con 3 ó 4 horas diarias.
Debemos repensar el número de deberes y el tipo de éstos.
- Para la cantidad de deberes, se podría tratar de seguir la regla de los 10 minutos: empezamos con 10′ en 1º de primaria, para ir acumulando 10′ más en cada curso. Así obtendríamos: 1 hora en 6º de primaria y 1 hora y 40′ en 4º de la ESO. Evidentemente, lo anterior requiere una coordinación entre los profesores de los niveles, sobre todo en Secundaria, pero ese es otro tema que también hay que debatir y tratar de solucionar desde el consenso.
- En cuanto al tipo de deberes, una buena práctica sería delimitar el tipo de deberes que se eligen para ser realizados en casa: huir, por ejemplo, de los ejercicios rutinarios, extensos y mecánicos y apostar por un tipo de actividades más prácticas, entretenidas y cortas que favorezcan la autonomía de los alumnos. En el caso de que nos veamos obligados a hacer algún tipo de ejercicio rutinario, que sea lo más breve posible y que vaya más en la dirección de crear confianza en el proceso.
Otra postura, nada desdeñable, desde mi punto de vista, es seguir el ejemplo francés (Fuente: Service Publique de la France):
Lo que nos dice que en la educación primaria está prohibido mandar trabajos escritos para casa. No obstante, el profesor podrá mandar trabajos de lectura, de investigación o estudiar la lección. Dichos tareas deben ser revisadas por el profesor.
Lo que es una realidad es que a los alumnos les mandan deberes para casa. Es un problema con el que muchos padres tienen que lidiar, y en el paso a Secundaria, les resulta muchas veces complicado saber los deberes que tienen sus hijos. Este problema lo he detectado de forma muy cercana durante este curso en el que he sido tutor de 1º de la ESO. Muchos padres no sabían los deberes que tenían que hacer sus hijos, lo cual les dificultaba bastante el seguimiento diario del trabajo de sus hijos. En las tutorías de inicio de curso, ya empezaban a producirse las primeras sorpresas. El alumno le dice que no tiene ningún deber, no lo ha anotado en la agenda, el padre no sabe como comprobarlo, etc…
Tutoría – Deberes
Para solucionar este problema y favorecer este apartado a las familias planteé un sistema para hacer llegar de forma sencilla los deberes que les enviaban a diario a la familia. Este sistema, está basado en uno que implemento mi buen compañero César Vázquez en el IES D’Elhuyar de Logroño. Este método tiene la ventaja de que no da mucho más trabajo al profesorado y permite trabajar con los alumnos la responsabilidad colectiva. Os expongo lo que hice:
1. Creé un calendario en Google con el horario del grupo y cree unas cuentas para los alumnos con permiso de edición. Lo ideal para esta parte es usar Google Apps. En caso contrario, podemos usar un calendario de cualquier cuenta de Google. Este fue mi caso ya que en mi centro, a pesar de poseer Google Apps, me pusieron bastantes problemas por lo que opté por hacerlo yo mismo ;-).
2. Creé grupos de tres alumnos que iban a ser los encargados de publicar cada semana los deberes que les ponían. De esta forma, no saturaba mucho a los chicos y era difícil que no hubiera todos los días alguno para publicarlos. Lo que tenía que hacer era pinchar en la hora de materia a asignar los deberes y completar el campo Descripción:
3. A última hora de cada día, el grupo responsable tenía que solicitar al profesor que, en los últimos 5′ de la clase, les dejará publicar los deberes en el ordenador del aula. Tuve la suerte de que dos de las últimas horas eran conmigo y las otras tres profesoras no pusieron ningún problema.
4. Hacer público el calendario para que tanto los padres como los alumnos pudieran ver los deberes del día. En mi caso, y debido a la experiencia anterior, lo puse en la siguiente web: http://eso.aomatos.com/tutora_deberes.html
Al principio, nos costó ponerlo en funcionamiento durante la primera semana, para luego funcionar casi a la perfección.
Conclusiones:
- A los padres, la idea les pareció estupenda y así me lo hicieron saber en las diferentes reuniones.
- Antes de ponerlo en práctica, lo planteé en la reunión de tutores de 1º de la ESO con reacciones diversas: a orientación le parecía interesante, jefatura de estudios no tomó ninguna posición, y en mis compañeros opiniones diversas, desde los favorables hasta la negación total.
- Este curso, volveré a plantearlo y espero que con más éxito, ya que considero que es un método sencillo que no da mucho más trabajo al profesor y que es de sencilla publicación (en la web del instituto).
Espero vuestras opiniones ;-).